Viejo barco de madera
Tus pinturas que camuflan miles años,
Tus colores de solera,
Tus costillas y el brillar de tus banderas
Lloran negros, profanados, ofendidos
Por horribles ambiciones
Que han matado en loco afán las ilusiones
Y los sueños junto al mar.
Viejo atleta de faenas
Afanoso paladín noche tras noche
De qué sirve tu coraje y el derroche
De valores ante tanta felonía?
Es en vano que levantas
Loco grito de sirenas hasta el cielo,
De qué sirve tanto afán y tanto celo
Si otros hombres
Han podido impunemente derramar
Toneladas de veneno
Que destruyen la belleza de un país
Revistiéndolo de cieno
Que se burlan de los hombres y del mar
Profanando de sus aguas el brillar
Y el entorno en que navegas tú, sereno
Faenando; marinero de verdad.
Viejo barco, que has troncado tu tarea
Pescador de mariscos y de vida
Reducido hoy a pescar en tus salidas
restos de negra marea
No te canses, nunca ceses de limpiar
Ese mar en el que vives desde antaño.
No te canses de buscar en tanto daño
Razones de esperar.
Que volverán azules, luminosas,
Las aguas a brillar.
Y volverán de nuevo amaneceres
Y en tus retornos gratos tras la noche
arrastrarás, en vez de chapatote,
Centollos, zamburiñas y percebes.
Y cantarán de nuevo los marinos
Y sonarán sirenas
Tras recoger las viejas redes llenas
De vieiras, langostinos, y de bueyes
Que premien generosos tanta pena.