Poemas

03

La Siesta

El sol desploma rojizo
Su fuego sobre las piedras.
Entre calores dormidos
El sol y la sombra juegan.

La vida se esconde en casa
Las calles están desiertas
De vez en cuando aparece
Una cansada silueta.

Sombrero de paja y pasos
Lentos entre polvo y tierra
Que van buscando al café
Refresco de convivencia.

Atmósfera alucinante
Sombreros y boinas negras
Bullicio, voces, tertulia
Es la vida que despierta.

Los hombres toman café
Y discuten mientras juegan,
Pasiones teñidas de humo,
Interminables reyertas.

El pueblo sigue dormido
Las calles siguen desiertas
Es el verano escondido
Bajo el fuego de las tejas.

Es el momento sagrado
Del descanso de la siesta
Que corta en dos el poblado,
Los que duermen, los que juegan

El sol cayendo pesado
Sobre el calor de las piedras
Ha vestido de silencio
Las viejas calles desiertas.

Los hombres jugando al tute
Sudan, beben y vocean
Y esperan que baje el sol
Pa volver a sus tareas.

El sol se va enrojeciendo
La tarde a caer empieza
Pequeña nube aparece
Anunciando la tormenta.

Los hombres dejan el juego
La brisa sopla ligera
La vida va despertando
Sobre las calles serenas.

Las mozas y los cantares
Salen de nuevo a la era
Los hombres vuelven al campo
Unos cavan, otros riegan.

.Cuatro gotas han caído
Sobre el calor de las piedras
Que sueltan nubes de humo
En arco iris de seda.

La tarde y el sol se han ido
La luna y la noche llegan
Se oyen ruidos de motores
Es hora de discoteca.

Alcohol, kilómetros, humo
Juventud que se envenena
Cómo recuerdo aquel pueblo
De juventudes serenas

En que las mozas bailaban
En el baile de las eras
Sin humo de falsedades
Con lujurias verdaderas.

Al terminar el paseo
Por la vieja carretera
Cómo eran dulces los besos
Robados tras de la puerta.

Y qué dulces los amores
Vividos en noche negra
Entre terribles pasiones
Y suspiros de inocencia.